¿Dispuesto a vivir?

Vivir significa enfrentarse a la vida. Reir, discutir, sentir. Enfadarse y alegrarse. Opinar. Aceptar y rechazar. Vivir comprende un término base: luchar. Desear no morir. Querer seguir adelante siempre. Vivir significa querer vivir bien. No dejar que el tiempo pase y morir deprimido. Intentemos hacer que nuestra vida sea mejor. Hablemos... No sé, ¿de vivir?

lunes, 23 de abril de 2012

Tú me has hecho más fuerte


Respiro, cojo aire. Soy libre. El peso sobre mi espalda se ha marchitado. El tiempo pasa y nuestra percepción de las cosas y de la realidad se va modificando. A día de hoy me he dado cuenta de una cosa que he estado arrastrando durante estos meses. Tras mi última relación seguí enamorado, pero con el avance de los acontecimientos las cosas cambiaron. No me mantuve enamorado de una persona, si no de su ideal. La gente cambia y al igual que eso sucede nosotros podemos decidir mantenernos o cambiar con las circunstancias. Yo por desgracia decidí mantenerme. 

He aprendido la lección. Lo que conlleva jugar con las personas. No por ser el jugador, si no por ser el juguete. Ya no soy la marioneta de nadie la cual esperará deseosa ser recuperada. He crecido como persona. Me he dado cuenta de lo que valgo y de que de nada sirve amargarse por alguien a quien no le importas. Valgo mucho más que eso. 

A raíz de los últimos acontecimientos en mi vida puedo decirlo: Ya no te tengo miedo. Ya no temo encontrarme contigo. Has dejado clara tu postura y gracias a ese hecho me he dado cuenta de cuan equivocado estaba. No me hallaba enamorado de ti, tú has cambiado. La persona de la que me enamoré se quedó en el pasado y por mucho que deseaba que esa persona todavía se mantuviera ya no existe. Se ha esfumado y, con ella, todo lo que me ataba a esa espiral de oscuridad de la cual no era capaz de salir. 

No me arrepiento de todas las veces que he caído. Todas esas veces que me he hundido me han llevado a esto. No soy el capricho de nadie. Supongo que necesitaba verte cara a cara, ver como reaccionabas con indiferencia y como regresabas a atacarme con palabras que no tenían sentido en relación a tus actos para darme cuenta de esto. La persona de la que me enamoré ya no existe. 

Todo acabó. Quizás debería haber sido de otra manera pero por fin todo ha terminado. No merece la pena amargarme más por alguien como tú. Definitivamente puedo decirlo y las personas más cercanas a mí pueden constatarlo, que vuelvo a sonreír, vuelvo a ser yo. Vuelvo a ser la persona que era antes de conocerte. Vuelvo a ser feliz, a no temer vivir de nuevo y, por ello, no tengo nada más que decirte que gracias, que espero que la vida te vaya bien y seas feliz por que yo estoy decidido a serlo.

martes, 10 de abril de 2012

Estoy




Así es como te sientes cuando ya no queda nada en tu mano que puedas hacer. Todas las historias tienen un inicio y un final y, en la vida, por desgracia, no existen los finales felices.

Al igual que la gente va y viene, los sentimientos hacen lo propio. A día de hoy no sé que esperar de la vida, que puedo pedirle. Ando sin rumbo, los días se han convertido en una mera sucesión de acontecimientos. No hay alegría ni tristeza, llanto ni euforia, se trata de un sentimiento de acomodamiento. No esperas nada, simplemente confías en que algún día todo cambiará, algo sucederá que cambiará tu mundo, ya sea a mejor o a peor.

De eso se trata, de no esperar, de no pedir, de no querer recibir. Puede sonar triste el punto en el que me encuentro, pero creo que es necesario. Para dejar de sentir hay que llegar a ese punto, ese momento en el que todo deja de significar algo y pasan a ser meros acontecimientos que se mueven a tu alrededor sin transformar nada a su paso.

Ya no lloro, ya no sonrío. Simplemente estoy. Quizás lleguen días mejores, a lo mejor sin más un día me despierte y todo cambie. Sé que dicen que para conseguir algo es necesario luchar por ello. No voy a luchar por mi felicidad. Tras tantas batallas luchadas y tantas guerras perdidas me quedo en el simple hecho de conformarme. Si tiene que pasarme algo bueno, me sucederá y si he de pasar por algo malo, igualmente vendrá a mí. No se trata de perder la esperanza, al contrario, se trata de contar con ella como último recurso, no buscándola, no pidiéndola ni exigiéndola, simplemente aguardándola.

Nadie dijo que vivir fuera sencillo.