¿Dispuesto a vivir?

Vivir significa enfrentarse a la vida. Reir, discutir, sentir. Enfadarse y alegrarse. Opinar. Aceptar y rechazar. Vivir comprende un término base: luchar. Desear no morir. Querer seguir adelante siempre. Vivir significa querer vivir bien. No dejar que el tiempo pase y morir deprimido. Intentemos hacer que nuestra vida sea mejor. Hablemos... No sé, ¿de vivir?

sábado, 24 de noviembre de 2012

Soy yo


Nunca pierdas la esperanza. Si hay una frase que define mi vida y me forma de pensar es esa, la misma que llevo tatuada en el brazo y que, cuando las cosas se ponen más difíciles, me gusta mirar, intentando de alguna manera que me diga la forma de continuar, la mejor opción de seguir adelante o, al menos, de que recuerde que no debo rendirme.

No sé lo que me ha pasado con el tiempo, realmente intento averiguarlo pero no llego a entender que es lo que ha sucedido. No siento. No en el sentido literal de dicha frase, si me doy un golpe contra una esquina con el pie descalzo, créeme que hasta mi vecina va a enterarse de que siento. Es algo más interno, algo dentro de mí que me impide realmente llegar a permitir que alguien me llegue, una especie de vacío en el pecho que se ha llenado con hormigón tras tantos golpes. Quizás para mi edad, 22 años para aquel que no lo sepa, suene un poco dramático, sin embargo tengo ese sentimiento. He vivido mucho, para el punto en el que estoy demasiado y, de alguna forma, he sufrido y sonreído en muy poco tiempo lo que a otros les hubiera costado décadas.

Solía achacar mi vacío a heridas internas. Suponía que aún necesitaba más tiempo, la única cosa que al parecer he descubierto que tengo a mi entera disposición. Sin embargo, tras analizarlo todas las heridas abiertas, ya han sido cerradas, unas sin dejar cicatriz y otras dejando tales marcas que ni la mejor cirugía lo arreglaría. Tras eso me planteé si me había acorazado de nuevo. Sí, como antiguamente había hecho para evitar sentir, había creado una especie de protección, algo que hiciera que todo se mantuviera a parte. Tampoco ha sido así.

Soy yo, en el sentido general y más estricto de la palabra, yo. No se trata de un personaje interpretando un papel maestro con el fin de no resultar herido. Al contrario, no temo a las heridas, las he vivido, las he sufrido y las he superado. Es algo más, algo más que no puedo explicar y que no importa cuanto piense sobre ello, no parece haber solución. Soy más yo que nunca, con todas las consecuencias buenas y malas que eso acarrea en cualquier tipo de relación, pero no me arrepiento, te ahorras crear falsas esperanzas y engaños, te permites vivir mejor contigo mismo y no arrepentirte de todo, vivir así no era vivir.

Exacto. No me arrepiento de nada. Soy yo. No tengo una coraza. No estoy herido. Es algo más, quizás simplemente sea el sutil paso del tiempo dejando huella en mi carácter. No lo sé. En otras circunstancias me preocuparía más pero, a día de hoy, no es necesario. Se arreglará, no seré yo el que pierda la esperanza.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Te lo has ganado





No te rindas. Aun que creas que no te queda nada por lo que luchar, aun que pienses que realmente no vas hacia ningún sitio. Es probable que estés perdido, todos en esta vida nos perdemos más de una vez, sin embargo, hay una parte buena en todo eso de perderse. El hecho de volver a encontrarse.

Puedes creer que no puedes más, que no eres capaz de soportar todo. No te hundas, sal a la superficie, lucha, aun que seas la persona más negativa del mundo. Una vez estás hundido, ahogándote, es cuando debes dejar de preocuparte. La salida es sencilla. Sube. Cuanto más caes, más duro va a ser el ascenso. Vas a tener que esforzarte, que aguantar, que soportarlo.

Compensa. Al final todas las penurias que puedas pasar, todas tus preocupaciones, tus sueños rotos, las desilusiones, todo, todo lo que acaba mal, compensa. Porque en la vida hay épocas de subida y épocas de bajada y, por mucho que creas que desciendes en picado, no te engañes, volverás a subir.

Todos luchamos por nuestros objetivos, por querer demostrar quienes somos, por no ser alguien más. Si no lo haces estás muerto. No en el sentido literal de palabra, sino en algo más metafórico. De nada sirve ser uno más en el camino. Hay que ponerle ganas, seguir adelante. Recibir los golpes, caer y levantarse, devolverlos. Mantenerse en pie, guardar lo compostura y caminar hacia nuestros objetivos. Que nadie te detenga, no dejes que ningún inepto te impida de alcanzar tus sueños.

No acarrees con cargas. Busca a alguien que te complemente, que te entienda, que te haga sentir completo. El sexo es solo sexo, no necesitas soportar las lástimas de alguien para simplemente tirártelo. No te molestes, ya te digo desde ya que acabará mal, llorarás y ese no es el objetivo. Intenta enamorarte de aquel que te haga feliz, pero descuida si se entrega muy pronto a ti, miente y, posiblemente, termine mal, la experiencia me lo ha demostrado. El amor no surge en dos días, no surge en un mes, el roce hace el cariño y, el tiempo hace aparecer el amor.

Esfuérzate, no te rindas. Nada de infravalorarse, sabes de lo que eres capaz, no te engañes, no te mientas para auto compadecerte, ponte de pie, supérate, mira al frente. Sigue adelante, no dejes que te retrasen, no pises cabeza, pero no te dejes pisar. Esquiva las zancadillas y no te interpongas en el camino de nadie, el karma no existe pero el golpe te lo vas a llevar igual. Sonríe, busca aquello que te haga feliz y, al final del día, mantén la cabeza alta, te lo has ganado.

sábado, 6 de octubre de 2012

Culpable




Te sientes solo. No es malo, no es un error, todo el mundo se siente solo antes o después. Intentas arreglarlo, remediarlo, conseguir esa compañía que necesitas para sentir que si quisieras no estarías solo. Esa necesidad de reconocimiento, descubrir que, sí quieres, alguien puede quererte, aun que solo sea durante unas horas.

Es efímero y lo sabes. Vas a seguir solo sin importar las consecuencias. Habláis, sin necesitarlo, es una mera formalidad, algo que te recuerda que eres humano, que no son solo tus instintos. Te mientes. La conversación no importa, es banal, no trata de nada y trata de todo, no te importa, la persona que tienes al lado es lo de menos.

Lo sientes. Sientes como tu carisma no se viene abajo, eres consciente de que tu ego sigue intacto, esa necesidad de aceptación queda cubierta. No estás solo. Solo dura unos minutos, unos instantes efímeros, pero se mantiene. Sabes que no estás solo, no ahí tumbado, no perdido entre las sábanas.

A veces te sientes culpable. Con el tiempo... Dejas de hacerlo, lo aprendes, te has entrenado para ello y ya no duele. Es una necesidad animal, algunos dicen que solo se trata de sexo. Mentira. Se trata de sentirte deseado, de sentirte falsamente querido, es una necesidad a cubrir. No importa la gente que haya a tu alrededor, tu cuerpo y, más importante, tu mente lo requieren.

Pasan los días. Vuelves a sentirte solo. La historia se repite, decides no hacerlo, aceptarlo, afrontar la situación, asumir que realmente es temporal. Te lo repites. Estás solo, es tu elección. No importa, recaes. Necesitas sentirlo, quieres sentirlo, lo deseas. De nuevo palabras vacías y ese sentimiento que te recuerda quién eres, lo que realmente buscas.

El tiempo pasa y lo aceptas. Te das cuenta de tu error. Sí, estás solo y, en efecto, tú lo has decidido, pero esta vez es diferente. No te importa, sabes que estás solo porque quieres, siempre lo has estado, pero ahora lo sabes con certeza absoluta. Te rindes. Tus deseos no te ganan. Ésta vez no habrá conversaciones vacías, nada de deseo desenfrenado en los brazos de algún desconocido. No lo necesitas. Te tienes a ti.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Amores precoces




No puedo evitar sorprenderme de la facilidad de la gente para enamorarse, sí lo sé, antiguamente yo también era así, creo que por fin he superado mi enfermedad. Realmente no sé si ese es el termino correcto, el de enamorarse, o si debería de usarse uno más vulgar del estilo encoñarse, pero bueno, ese no es el punto de esta reflexión.

Cada vez que entro en una red social hay alguien encontrando al amor de su vida, de la misma forma que hay alguien mandando al garete a su pareja actual. Sin embargo hay algo aún más abundante, la gente perteneciente a la calle de los corazones rotos. Resulta asombrosa la cantidad ingente de personas con el corazón roto que hay por el mundo, pero si ahondas un poco más y entablas conversación con esa persona te darás cuenta de algo, no es un corazón roto, es un corazón que lleva más carrera encima de la que debería tras una sucesiva vida de roturas, plagada de relaciones cortas pero enamoramientos de película. ¿La culpa? No sé si realmente hay algún culpable, quizás sea culpa de El corte inglés y su facilidad para pintar el amor, quizás sea culpa de las películas y de los libros, en las cuales el amor parece la meta primordial en la vida. Mi opinión reside en que la culpa es de las personas. De todos esos que están solos, no por estar solos, sino por temor a seguir estándolo.

Siguiendo a varias personas en estos últimos años he sido consciente de que han tenido más parejas estables que polvos, cosa que no llego a entender. Lo de pareja estable es una forma de hablar puesto que han cambiado de novio cada tres meses, cual reloj, no sé en que punto una relación llega a alcanzar su estatus de estabilidad. Pero volviendo al tema adivinad que tenían en común todas esas parejas estables que les han acompañado en este tiempo, una tras otra cual fichas de dominó… ¡Todas eran la definitiva!

Esperamos demasiado de la vida, lo que provoca que cada palo sea mayor que el anterior. ¿La solución al desamor? Fácil: No enamorarse. Aun que realmente eso es imposible, el amor está en nuestra esencia, pero hay una cosa que ayuda a no enamorarse, al menos no cada cinco minutos. Quiérete. Ámate más de lo que nadie vaya a quererte nunca y, de esa forma, vas a descartar a cientos de personas que no van a quererte lo suficiente como tú te quieres y así ahorrarás en más pedazos de corazón roto. Algún día, va a aparecer alguien, alguien al cual no estés buscando, por que es cierto, si buscas el amor no aparece, lo fuerzas y, cuando eso sucede, siendo claro, se jode. Ya sabes el dicho, no busques al amor de tu vida, busca el polvo de tu vida. Es por ello que necesitas quererte y no buscar el amor, por que ese alguien va a llegar a amarte incluso más de lo que tú te amas y, entonces y, solo entonces, sabrás que esa es la persona y podrás entregarte.

Actualmente estoy soltero, y no, no estoy feliz y radiante por encontrarme en esta situación, pero estoy tranquilo. Tranquilo por que sé que algún día aparecerá alguien y, si por la razón que sea no aparece nadie, será por que nadie va a conseguir quererme lo suficiente. Los amores descafeinados nunca acaban bien y, sinceramente, como el tiempo me ha demostrado mejor solo que mal acompañado, que un corazón roto tarda demasiado en sanar.

lunes, 6 de agosto de 2012

Vive



Sientes que hay algo mal. No importa, lo sobrellevas. Los vacíos de tu interior, repentinamente, pasan a estar llenos. No es que encuentres algo o alguien que los llene ajeno a ti, no. Lo que ha sucedido es que te has encontrado y esa necesidad se ha apaciguado. Dejas de necesitar a alguien, dejas de necesitar sentir algo. Te tienes a ti.

En multitud de ocasiones lo he dicho, mejor solo que mal acompañado. La vida es corta, o eso dicen, aun que teniendo en cuenta que podemos llegar a vivir una media de ochenta años, podemos reconocer que será corta a nivel histórico, pero ochenta años dan para mucho, demasiadas lágrimas y sonrisas.

El truco para una vida plena es sencillo. Haz lo que quieras, cuando quieras y como quieras. No trates de intentar agradar a los demás o de llevarte bien con todo el mundo, eso es imposible, si no te has dado cuenta todavía ya te darás cuenta. Así que haz lo contrario y en vez de buscar a alguien que te haga compañía intenta encontrar a alguien de confianza y, si por lo que sea, te sientes solo, mírate al espejo. Esa es la persona de confianza que necesitas, es la persona que te va a acompañar durante toda la vida, la que va a estar contigo en lo bueno y en lo malo, aquella que nunca te va a abandonar.
Esa persona que ves en el reflejo del cristal es a la que tienes que intentar alegrar. Es la única en toda tu existencia a la cual debes permitir juzgarte, que te eche una buena reprimenda y a la que debes hacer caso, puesto que es la misma que siempre estará ahí.

Haz que tu vida en general merezca la pena ser vivida. Que cuando llegues a esos supuestos ochenta años y mires atrás puedas sonreír y alegrarte de todas las cosas que viviste, de todas las locuras y tonterías que hiciste, tanto buenas como malas, puesto que todas son experiencias necesarias que nos convierten en lo que somos.
Hay días que te sentirás mejor, otros te sentirás peor y, en ocasiones, puede que te sientas solo. Pero no te preocupes, no lo estás, mírate al espejo, te tienes a ti. De verdad te digo que todo lo malo se pasa, al igual que normalmente lo bueno tiene un fin, todo es cuestión de rachas, pero eso no debe dejar que te eches para atrás.

Vive. Disfruta de la vida y sonríe, especialmente sonríe.

martes, 24 de julio de 2012

Expectativas



Con el paso del tiempo todo cambia, nosotros cambiamos. Según avanza el mundo a nuestro alrededor nos vamos adaptando a las nuevas circunstancias y, con ello, modificamos nuestro comportamiento, nuestras expectativas, nuestros deseos.

Habitualmente los cambios en nuestro entorno suelen ser imperceptibles, otras veces suelen ser bruscos y modifican toda nuestra realidad de formas que ni imaginábamos. Sin embargo hay algo que cambia constantemente y que a cada segundo que pasa nos cambia a nosotros: el tiempo.
Según avanza el tiempo nosotros vamos evolucionando. No solo por los cambios físicos, como esas arrugas que pueden empezarnos a salir o esa primera cana tan puñetera que nunca esperábamos que apareciera. Inciso, no es mi caso, con eso de ser rubio creo que mis canas van a tardar en surgir si es que lo hacen, lo siento, seré tonto pero al menos tendré una cabellera perfecta.

Uno de los cambios más importantes que trae consigo el tiempo es el como observamos las cosas. Según avanza nuestra perspectiva de las cosas que suceden alrededor y como las percibimos varía. Hace un año podrías haberme preguntado que es lo que buscaba en la vida y os hubiera dicho sin temor a equivocarme que era el amor. Esa pasión desatada que te embriaga, esa unión hacia otra persona que la convierte en una necesidad tan importante como el respirar. Pero las cosas cambian, el tiempo avanza y como se modifica lo que hay a nuestro alrededor, nosotros también lo hacemos.

A día de hoy y en su mayor parte influenciado por las experiencias que me he visto obligado a pasar ya no busco el amor. Sé que algún día aparecerá, por eso de nunca perder la esperanza, pero no me preocupa. En alguna parte de este basto mundo hay alguien que nos complementa, por el camino vamos a encontrar a multitud de personas que quizás nos llenen en parte, ya sea en mayor o menos grado, pero que no son los elegidos. Conformarse está en nuestras manos, pero hacerlo, en mi opinión, es de una estupidez absoluta, puesto que te negarías a encontrar lo que realmente está preparado para ti.

No busco el amor, no espero enamorarme ni encontrar al hombre de mis sueños. Teóricamente ya he encontrado a esa persona dos veces, me equivocaba por supuesto, y por el camino he hallado multitud de gente que me llenaba de una forma u otra, pero que no eran esa persona, no eran la persona. Así que si alguien me pregunta que espero de la vida en este instante, la respuesta es sencilla: ser feliz.

martes, 3 de julio de 2012

De amigos y conocidos



Mi vida está en un momento extraño. Al parecer a mis veintidós años he llegado a crear una inaudita capacidad para vivir en lo anómalo. Ya sabéis lo que se dice, que realmente lo monótono aburre, sin embargo lo turbulento no se queda atrás, no por que aburra, al contrario pues nunca sabes que vas a encontrarte ese día, sin embargo asusta. No porque de miedo, si no por que llega un punto de que no eres capaz de prever nada de lo que vendrá a continuación.
Actualmente estoy en ese punto. Todas las experiencias que he tenido, demasiadas si realmente os interesa mi opinión no objetiva al respecto, me han llevado a este punto. Es un momento extraño de mi vida en el cual me doy cuenta de que he dejado a mi espalda valores no muy correctos con los que parecía que iba a tener que cargar el resto de mi existencia y, gracias a lo aprendido, he encontrado una nueva forma de afrontar las cosas.

La gente viene y va, como muchas veces he comentado, pensaba que era algo temporal pero no, me he dado cuenta de que todo el mundo tiene esa manía de en algún punto desaparecer. Las razones pueden ser diversas y no voy a analizarlas aquí y ahora, que estudio comunicación, no psicología, así que las explicaciones se las dejo a otro.
Una cosa que me ha quedado claro de todo ese mundo que está en constante cambio y que principalmente lo compone la gente de nuestro entorno es que en cualquier momento puede resquebrajarse. Aquellas personas a las que considerábamos amigos pueden alejarse de nuestras vidas con la misma facilidad con la que aparecieron. La lección que saco de esto es muy sencilla, todo viene y va, de hecho nosotros mismos antes o después pasaremos a ser esos individuos que vienen y van, yo lo he sido multitud de veces. Es por eso por lo que no hay que tener en cuenta las acciones, con lo que debemos quedarnos es con las lecciones que hemos aprendido de esas personas antes de que se alejaran.

Lo que somos y en qué nos convertiremos se basa principalmente en lo que nos enseñan, empezamos a ser enseñados por nuestra familia y terminamos evolucionando por la gente que está en nuestro entorno. Desmitificaré en este punto eso de que la familia no la eliges. Realmente y teniendo en cuenta los lazos sanguíneos no lo haces pero, siempre hay un pero, si es cierto que siempre tendrás más afinidad con ciertas personas que no tendrás con otras y las que mantienes más cerca, esas, son tu verdadera familia, de la que puedes estar orgulloso de formar parte de tu mundo, de tu experiencia y de tus lecciones.
Con los amigos sucede algo similar. Cuando alguien se va hay que aceptarlo de la forma más madura posible. No puedes obligar a nadie a quedarse en tu vida por lo que en el momento en el que eso sucede es cuando tenemos que detenernos y darnos cuenta de que tuvimos un error de semántica. No eran amigos, esa no era la palabra. Eran conocidos. Gente que pasa por tu vida, te enseña algo y se marcha por que, aun que no nos guste reconocerlo, cada individuo que transita nuestra vida en menor o mayor grado nos enseña algo.
Es por ello que a los amigos de verdad tenemos que cuidarlos. Quizás nos equivoquemos en algún punto de nuevo y alguien a quien consideramos amigo se marcha, pero mirad como son las cosas. A los conocidos que han ido, van, siguen viniendo y siguen marchándose no los puedo ni enumerar sin embargo, a mis amigos, amigos de verdad que con el paso del tiempo siguen ahí y los cuales no se molestarán cuando les llames a las tantas de la madrugada para dramatizar lo que te acaba de pasar… Bueno, a esos los cuento con los dedos de una mano y me sobran dedos.

La gente va y viene y no tenemos que tomárnoslo a mal cuando sucede, simplemente tenemos que avanzar. Aparecerá más gente, aparecerán más conocidos y, con suerte, entre ellos pueda aparecer un amigo de verdad y, si no, siempre nos quedarán esos que ya tenemos a nuestro lado.

domingo, 17 de junio de 2012

Karma



Llega el verano y, con él, la misma historia repetitiva de siempre. Cada vez que llegan estas fechas todo el mundo se alegra, verano, piscina, amigos. Para no cambiar esa situación yo empiezo a sentir lo mismo que siento cada vez que me toca dejar Madrid, una soledad abrumadora. Lo más gracioso de todo es que ni siquiera me he marchado todavía y ya veo como su sombra empieza a agarrarme.

Ya se sabe que en la vida todo va por etapas, en algunos momentos hay etapas buenas y en otras ocasiones hay etapas malas. En teoría y según como pasa el tiempo ahora debería venir una etapa buena, por todo eso de que llevaba meses pasándolo mal, pero creo que es mejor si dejo de engañarme a mí mismo. Este verano no va a ser una etapa buena.
Cada día que pasa cada persona de mi entorno va ocupando su lugar. Normalmente esto no me importaría si afianzasen su lugar cerca de mí, pero no, eso sería demasiado gratificante y el karma, ese gran amigo mío que ha decidido convertirse en un desgraciado no puede permitir algo así, no ahora, no en este momento.
No es que me sienta mal por estar en esta situación, al contrario, creo que por primera vez en mi vida la estoy aceptando con una determinación que llega incluso a asustarme.

Querido karma, no se si realmente he hecho cosas tan jodidamente malas que me merezco ahora estar como estoy. Ojala pudieras pasarme tu libreta de acciones para saber en qué me he equivocado. Sin embargo no pasa nada, estoy aprendiendo a asumir todo, no deja de resultar doloroso en cierto punto y en cierta parte me estoy acostumbrando al dolor y, cada vez que sucede algo nuevo, simplemente me resigno, lo asumo y espero a que venga una hostia mayor.

Todo el mundo avanza, en algún momento me tocará a avanzar a mí, o eso espero, ya se sabe, nunca se pierde la esperanza.

lunes, 23 de abril de 2012

Tú me has hecho más fuerte


Respiro, cojo aire. Soy libre. El peso sobre mi espalda se ha marchitado. El tiempo pasa y nuestra percepción de las cosas y de la realidad se va modificando. A día de hoy me he dado cuenta de una cosa que he estado arrastrando durante estos meses. Tras mi última relación seguí enamorado, pero con el avance de los acontecimientos las cosas cambiaron. No me mantuve enamorado de una persona, si no de su ideal. La gente cambia y al igual que eso sucede nosotros podemos decidir mantenernos o cambiar con las circunstancias. Yo por desgracia decidí mantenerme. 

He aprendido la lección. Lo que conlleva jugar con las personas. No por ser el jugador, si no por ser el juguete. Ya no soy la marioneta de nadie la cual esperará deseosa ser recuperada. He crecido como persona. Me he dado cuenta de lo que valgo y de que de nada sirve amargarse por alguien a quien no le importas. Valgo mucho más que eso. 

A raíz de los últimos acontecimientos en mi vida puedo decirlo: Ya no te tengo miedo. Ya no temo encontrarme contigo. Has dejado clara tu postura y gracias a ese hecho me he dado cuenta de cuan equivocado estaba. No me hallaba enamorado de ti, tú has cambiado. La persona de la que me enamoré se quedó en el pasado y por mucho que deseaba que esa persona todavía se mantuviera ya no existe. Se ha esfumado y, con ella, todo lo que me ataba a esa espiral de oscuridad de la cual no era capaz de salir. 

No me arrepiento de todas las veces que he caído. Todas esas veces que me he hundido me han llevado a esto. No soy el capricho de nadie. Supongo que necesitaba verte cara a cara, ver como reaccionabas con indiferencia y como regresabas a atacarme con palabras que no tenían sentido en relación a tus actos para darme cuenta de esto. La persona de la que me enamoré ya no existe. 

Todo acabó. Quizás debería haber sido de otra manera pero por fin todo ha terminado. No merece la pena amargarme más por alguien como tú. Definitivamente puedo decirlo y las personas más cercanas a mí pueden constatarlo, que vuelvo a sonreír, vuelvo a ser yo. Vuelvo a ser la persona que era antes de conocerte. Vuelvo a ser feliz, a no temer vivir de nuevo y, por ello, no tengo nada más que decirte que gracias, que espero que la vida te vaya bien y seas feliz por que yo estoy decidido a serlo.

martes, 10 de abril de 2012

Estoy




Así es como te sientes cuando ya no queda nada en tu mano que puedas hacer. Todas las historias tienen un inicio y un final y, en la vida, por desgracia, no existen los finales felices.

Al igual que la gente va y viene, los sentimientos hacen lo propio. A día de hoy no sé que esperar de la vida, que puedo pedirle. Ando sin rumbo, los días se han convertido en una mera sucesión de acontecimientos. No hay alegría ni tristeza, llanto ni euforia, se trata de un sentimiento de acomodamiento. No esperas nada, simplemente confías en que algún día todo cambiará, algo sucederá que cambiará tu mundo, ya sea a mejor o a peor.

De eso se trata, de no esperar, de no pedir, de no querer recibir. Puede sonar triste el punto en el que me encuentro, pero creo que es necesario. Para dejar de sentir hay que llegar a ese punto, ese momento en el que todo deja de significar algo y pasan a ser meros acontecimientos que se mueven a tu alrededor sin transformar nada a su paso.

Ya no lloro, ya no sonrío. Simplemente estoy. Quizás lleguen días mejores, a lo mejor sin más un día me despierte y todo cambie. Sé que dicen que para conseguir algo es necesario luchar por ello. No voy a luchar por mi felicidad. Tras tantas batallas luchadas y tantas guerras perdidas me quedo en el simple hecho de conformarme. Si tiene que pasarme algo bueno, me sucederá y si he de pasar por algo malo, igualmente vendrá a mí. No se trata de perder la esperanza, al contrario, se trata de contar con ella como último recurso, no buscándola, no pidiéndola ni exigiéndola, simplemente aguardándola.

Nadie dijo que vivir fuera sencillo.

domingo, 11 de marzo de 2012

Punto y final


La vida te sorprende. Siempre hay épocas en las que estás más hundido, en las que un bache en el camino se convierte en un barranco insalvable. La gente es muy propensa al drama, y yo, como vividor empedernido, más. No es una excusa por tener sentimientos, se trata de una explicación, a mi manera, de mi forma de mostrarlos.

El tiempo nos hace más sabios, pero cuantas mas experiencias acumulamos mayor es nuestra coraza. A día de hoy mi coraza se ha ido al traste de nuevo. Hecho de menos los días en los que nada me afectaba, en los que todo me daba igual, en los que no me importaba lo que la gente pudiera hacerme por que lo importante era yo. No se trataba de un egocentrismo absurdo que eclipsara al resto del mundo, solo se trataba de mirar por mí antes que por nadie.

Hace unas semanas me tocó vivir la experiencia más romántica que he tenido en mi vida, o al menos eso han dicho la gente a la que he podido contárselo, y quiero explicárosla aquí.

No me enamoro con facilidad, pero cuando lo hago tiembla la tierra. Tanto es así que tras bastante tiempo volví a contactar con alguien de mi pasado, abrí mi coraza y mi corazón y le recordé, por si se le había olvidado, que le quería. Su respuesta fue curiosa. Lo primero que hizo fue decirme que no quería hacerme daño, pero que no se lo ponía fácil. Cuando alguien empieza así, prepárate, por que la hostia que te va a alcanzar va a ser de proporciones de melodrama griego. Lo siguiente que me dijo es que no podía volver a verme, no si le seguía queriendo. Fue escuchar eso y no, a diferencia de lo que creeréis no lloré. Cerré mi coraza con sutileza nuevamente y tiré de sinceridad para responderle: Bueno, entonces espero que te vaya bien la vida, por que si el requisito para volver a verte es dejar de amarte, créeme, no nos vamos a ver nunca.

Ahí termino todo. Fue en ese instante en el que supe que por fin todo había acabado. No importaba lo que hiciera o lo que pensara, esta historia había llegado a su fin.

Tras eso, poco ha acontecido en mi vida. He continuado sereno, sin las gilipolleces de antaño en las cuales tras eso me habría acostado con la mitad de Madrid que me queda por visitar. Ahora no sé lo que me depara la vida. He encontrado un par de cosas resplandecientes en el camino, pero ya sabéis lo que suele suceder, todo lo que resplandece no es oro, y yo, con mi suerte, he de toparme con la chapa más barata del mercado, vamos, que ni cobre para los gitanos. Pero oye, quizás estoy hablando demasiado rápido, que nunca se sabe, quizás por una vez haya suerte… O quizás no.

sábado, 11 de febrero de 2012

Carta a un desconocido


No se quién eres, y probablemente tú no sepas quién soy. Lo más probable es que nos hayamos visto alguna vez, ya sabes, que hayamos cruzado miradas en un bar o quizás en el metro o en cualquier otro sitio público. No se si te has fijado en mí, yo solo sé que yo no me he fijado en ti, o si lo he hecho no he tenido el valor suficiente para acercarme y decirte lo que me gustas.

Me encanta tu forma de sonreír, esa sonrisa socarrona que sueles poner y que, cuando me la dedicas, hace que todas mis preocupaciones se desvanezcan. Luego están tus ojos, los cuales pueden mostrar una serenidad inmensa mientras se puede ver en ellos forjar la ira más aterradora. No sé si me gustan más que tu propia sonrisa, por que, cuando me miras, me ves a mí. Es lo que te diferencia del resto, cuando me observas no ves a un chico más, ni ves al personaje que he creado sin corazón y que solo piensa en acostarse con los demás. No, tú no, tú eres capaz de mirar a través de mi coraza, de ver mis sentimientos y querer formar parte de ellos.

Algún día nos dará por ser valientes, tú o yo. No lo sé. No puedo saberlo, en temas de amor llevo una trayectoria bastante mala y es probable que, antes de que uno de los dos demos el paso, me vaya todavía peor. El caso es que no tengo prisa, solo sé que cuando llegue el momento estaré preparado. Porqué eres tú, serás tú al que he estado esperando encontrar. De hecho, es probable que te lo ponga difícil, tanto o más que como tú me lo vas a poner a mí. Pero ya sabes, nada es fácil en el amor y si conseguir el corazón de alguien fuera sencillo todos estaríamos felizmente emparejados y, si miras a la calle, a los demás, verás que no es así.

Tras empezar a estar juntos y superar todos los problemas de conocernos, llegaremos a una conclusión clara. Nos queremos. Me habrás aceptado tal y como soy, con todas mis cosas buenas y el gran montón de cosas malas que me acompañan. Pero ahí está la parte buena, yo también te habré aceptado a ti, y cuando estés a mi lado no podré evitar sonreír como la primera vez que te vi. Porque entonces empezaré a pensar que el destino nos juntó y si seguimos juntos es por que estábamos predestinados a hacerlo. No me malinterpretes, no creo en el destino, pero comprenderás que cuando seamos felices juntos le daré las gracias, aun que no exista, por ponerte a mi lado. Las mismas gracias que te daré a ti por soportarme y permanecer junto a mí. Sí, ya lo verás, me conocerás y verás que tendrás que soportarme. Pero es llevadero, es ocasiones voy a resultarte extenuante, pero luego intentaré hacer tu mundo más feliz y entonces todo merezca la pena.

Pasarán los años y podremos mirar atrás recordando ese día en que nos dijimos te amo. Porque fue mutuo, no se quien será el primero en decirlo, pero si sé que al momento el otro también lo dirá. Será sencillo, volverá a tratarse de valor, del mismo que tuvimos que tener para conocernos. El miedo nos podrá, pero alguien dará el paso que tanto tiempo estábamos pensando dar y declarará sus sentimientos más profundos para descubrir que realmente son correspondidos.

Tras eso, cuando pase mucho más tiempo, por que seamos realistas, acelerarse en la vida solo hace que las cosas salgan mal, quizás vayamos a vivir juntos. Al principio será divertido, luego aparecerán las disputas y, tras eso, volveremos a estar bien. Sí, al parecer todas las relaciones se basan en eso, en un principio extenuante, en un intermedio insoportable y en un final aceptable, en el que todo está bien y puede terminar de forma maravillosa. Porqué eso es lo que pasará, habrán pasado varios años y estaremos bien. Seguiremos siendo felices y nos daremos cuenta de que no podemos siquiera soportar la idea de no estar juntos. Tras eso quizá nos presentemos a nuestras familias. Te lo advierto desde ya, tu madre me va a adorar. No me preguntes por qué, pero todas las madres me adoran. Debe de ser por mi forma de ser, por que en el fondo no soy tan malo y suelo caerles bien a la mayoría de las personas. Sé que eso te saca de quicio, pero con el tiempo comprenderás que no importa con quien hable, solo tendré ojos para ti.

Después de esto no sé que sucederá, por que aún no hemos tenido oportunidad de hablarlo, solo sé que seguiremos siendo felices durante muchos años, hasta que llegue el final. Final en el que estaremos juntos, miraremos toda la vida a nuestra espalda y sonreiremos de hasta donde hemos llegado. Permíteme ser egoísta. Para entonces sabrás que no lo soy para nada, pero en una cosa necesitaré serlo. Cuando llegue el final, por favor, déjame terminar primero a mí la historia. Nunca podría soportar la idea de perderte y es probable que tú tampoco, pero seguramente tú seas más fuerte que yo, lo serás realmente si has llegado hasta ese punto conmigo. Así que solo te pido un favor, cuando llegue el momento, llora, es lo que yo haría, llorar a mares. Pero tras eso, sonríe, sonríe por que me has regalado una vida de felicidad.

Esto es lo que te propongo y espero que estés de acuerdo. Es probable que nunca leas esto, y que el día que te lo enseñe te parezca precioso pero el miedo te aprese vivo. No te preocupes, solo es un plan, como he dicho no creo en el destino, solo creo en que me puedes hacer feliz. Parece una idea estúpida, por que no sé quien eres y no sé si tú sabes siquiera quien soy yo, pero algún día lo sabré y, entonces, cuando ambos lo sepamos, juntos podremos rellenar los huecos de la historia. Nuestra historia.