¿Dispuesto a vivir?

Vivir significa enfrentarse a la vida. Reir, discutir, sentir. Enfadarse y alegrarse. Opinar. Aceptar y rechazar. Vivir comprende un término base: luchar. Desear no morir. Querer seguir adelante siempre. Vivir significa querer vivir bien. No dejar que el tiempo pase y morir deprimido. Intentemos hacer que nuestra vida sea mejor. Hablemos... No sé, ¿de vivir?

domingo, 31 de julio de 2011

De verano y tiempo libre


Llega el verano y con él las vacaciones. Para la mayoría de las personas éstas fechas implican tiempo de relax, tiempo de sentirse tranquilos, de viajar... Para mí, al contrario, no implican más que tiempo que espero que pase, y que pase rápido.

No me gusta sentir que pierdo el tiempo y el verano no hace otra cosa más que acrecentar ese sentimiento. Cuando llega el verano me veo sutilmente obligado a desplazarme a mi ciudad/pueblo natal a ver los días pasar. Estando aquí he llegado a la conclusión de que prefiero estar en clase y saltarme alguna de forma voluntaria que el hecho de tener que pasar varios meses en casa, sin hacer nada, por imposición. No me gusta tener tanto tiempo libre, me da demasiado tiempo para pensar.

Me cuesta llegar a recordar los veranos de hace años. Sé que el de hace un par de años lo pasé trabajando (gracias a Dios) y el del año pasado conseguí embutirlo en una rutina diaria de ver series y películas. El problema con este año es que, ni tengo trabajo, ni los placeres audiovisuales consiguen llenarme. Todo esto no hace más que llevarme a sentirme inútil. Ójala tuviera los cojones de ponerme a escribir continuamente, al menos sé que el paso del tiempo sería fructífero entonces.

Involuntariamente todo esto me lleva a la sensación de que mi vida no tiene un sentido realmente útil. Ojala pudiera tumbarme toda la tarde a la bartola y sentirme bien, pero soy incapaz de hacerlo cuando, especialmente, puedo ver a mi alrededor como la gente avanza aún en estas fechas, tienen planes de futuro y los van cumpliendo o se entretienen con cosas útiles para ellos, mientras yo sigo aquí, en el medio de quién sabe qué momento de mi vida que consiste en dejar mi vida pasar.

Ando sin inspiración y sin fuerzas, esperando a que el tiempo avance y llegue un día en el que no me sienta así o por obra divina todo comience a tener sentido, puesto que solo conozco una forma de no sentir esto y está demasiado lejos de mi alcance como para hacer nada para evitarlo. Éste sentimiento tengo que solucionarla yo solo y sólo tengo una cosa clara, que espero no cansarme de esperar, o no sé dónde voy a acabar.

jueves, 21 de julio de 2011

Etapas


La vida de cada individuo puede dividirse en distintas etapas con un inicio y, a menudo, un fin. Hace un par de meses empecé una etapa en la cual jamás pensé que me embarcaría de nuevo al conocer a una persona maravillosa que, además de hacerme feliz, permite que yo intente hacerle feliz a él. Se trata de una etapa que se caracteriza por poseer un torrente de sentimientos continuos pero, además, se trata de una época en la cual mi cerebro debe de dar lo máximo por los cambios que se avecinan en mi persona.

Me he dado cuenta con el paso del tiempo que lo de madurar no es un juego, se trata de algo necesario que, en tanto a como sean las necesidades de tu entorno y las personas que lo componen, requerirá de un mayor avance. Por cuestiones que desconozco últimamente estoy empezando a sentir una necesidad imperiosa de avanzar, de mejorar, se seguir adelante y, en cierta manera, de cambiar para poder afrontar ésta etapa de mi vida lo mejor posible.

Por cosas de la vida, llámalo coincidencia o denomínalo destino, he conocido a esa persona que hace que te replantees cómo afrontas las cosas y te enseñe una nueva manera de hacerlo. En cierta manera tengo miedo, envidio el hecho de poder afrontar las cosas de otra manera que me están mostrando, pero me aterra. Parte de mi esencia es ser como soy, pero también sé que sería todo mucho más fácil si intento cambiar mínimamente. Porque de eso se trata el madurar, intentar mejorar las cosas que nos componen, intentar avanzar y crecer para ser capaces de, manteniendo nuestra esencia, ser conscientes de nuevas formas de afrontar la vida. Es por ello que me alegro de poder informar de que he entrado en una nueva etapa de mi vida y, además, de poder decir que cualquier miedo que pueda tener queda paliado por él, ese compañero que espero tener siempre a mi lado.

En la vida hay que avanzar, tras muchos tropiezos y multitud de errores siempre hay que abrirse a nuevas experiencias y a nuevos mundos. El por qué es sencillo, y es que al final de una determinada etapa nos espera la felicidad y, en el fondo, es lo que todos más anhelamos, ser felices y encontrar a alguien con quien compartir ese sentimiento.