¿Dispuesto a vivir?

Vivir significa enfrentarse a la vida. Reir, discutir, sentir. Enfadarse y alegrarse. Opinar. Aceptar y rechazar. Vivir comprende un término base: luchar. Desear no morir. Querer seguir adelante siempre. Vivir significa querer vivir bien. No dejar que el tiempo pase y morir deprimido. Intentemos hacer que nuestra vida sea mejor. Hablemos... No sé, ¿de vivir?

viernes, 24 de septiembre de 2010

El niño Husky




El niño Husky le aulló
a la luna, sin respuesta.
Qué amor más intenso,
que dolor más desgarrador.
Qué luz más lasciva,
que deseo sin razón.

Había perdido su sino,
las sombras inundaban su final.
Sus colmillos despuntó,
peleando contra ellas a matar.
Y cuando todo parecía perdido,
la negrura su destino cohibió.

Ahora es cuando me paro a pensar,
cuando todo está roto,
su alma abandona su hogar.
Sus ojos aun distintos,
muestran lo que un día poseyó,
siendo su ojo más brillante,
aquel en el que su alma se postró.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Papi Lucy...


¿Qué es la maldad? Según una de las definiciones de la RAE se trata de una acción mala en injusta. Ampliando la otra definición sería la cualidad de aquel que carece de la bondad que debe tener según su naturaleza o destino.
El destino es relativo, si creemos que hay uno hemos de presuponer que lo marcamos nosotros con nuestras acciones. Por lo tanto, si querer crearse un destino propio implica ser malo, joder, yo soy malo, y me encanta.
Reconocer ser malo es duro, pese a que yo me jacte de ello. Reconocer la maldad propia implícita en uno mismo provoca que las personas más allegadas a ti te digan que no eres malo. ¡Normal! Cuando les cuento mis maldades se descojonan también, lo que reduce el nivel de maldad a algo más similar a una inocentada.

Debemos reconocer tres tipos de malotes. El primero es el vengador, aquel con un nivel de rencor desmesurado, que basa sus malas acciones en resultar victorioso de las ofensas. El segundo malo es el malo cabrón: El que disfruta fastidiando sin más. Por último, el tercer malo es el de pega. El que siempre dice que es malo pero luego no es capaz de hacer ninguna maldad.
En mi conciencia se agolpan los tres. No soy rencoroso, no demasiado, perdono pero no olvido. El problema es cuando duele de verdad, que entonces no perdono, la devuelvo. Ser malvado por entusiasmo es algo que a veces me gusta, me levanto un día y digo, voy a ver a quien le jodo la marrana, y lo hago. El caso es que en esos días el objetivo de mi maldad suele ser alguien que de alguna manera me ha inducido previamente a actuar con él de esa manera, lo que hace que este nivel de maldad esté menos en mí. Por supuesto soy un malo fantasmal, fardando de mi maldad, de mi falta de escrúpulos, del placer visceral que me provoca hacer daño. El caso es que es un tanto exagerado, pero gustarme me gusta.

Hace no demasiado mis tres dualidades del mal cogieron conciencia cuando, alguien cercano, me denominó Lucy. Reíros, pero mola demasiado. Con mis pequeñas acciones letales he sido denominado como el hijo de Lucifer y, a coña y siempre vodka en mano, imploro a Papi Lucy que me ayude, vamos, que con súper-poderes todos sería más divertido. Sí ya lo dice el dicho, que los buenos van al cielo y los malos, a todas partes.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Alzando el vuelo



Con mi coraza restablecida nuevamente puedo volver a hablar con cierta esperanza de nuevo. Ya no estoy roto, me he rehecho, arreglándome a mí mismo, vuelvo a tener el mi mundo en mi espalda, con doscientas cadenas de titanio reforzado sujetándolo y, finalmente, pero no menos importante, puedo respirar de nuevo. Ahora sí puedo decir que empieza una nueva etapa de verdad. Una etapa de tranquilidad en la que vuelvo a ver lo que acontece a mí alrededor con serenidad, pese a que mis argumentos diarios disten bastante de eso, es parte del papel. He alzado el vuelo. No voy a alterarme, voy a aceptar las cosas con madurez, se han terminado las insulsas vendettas. Eso sí, que la llama del rencor se haya apagado no quiere decir que, si a alguien se le ocurre lanzarme una chispa, no vuelva a encenderla con unas proporciones devastadoras.

Pasaré a ser un mero observador del mundo que me rodea y forjaré mis opiniones con esa información. Se acabó el rayarme por tonterías, por cosas que no son y por presentimientos anodinos. A partir de ahora estará lo que esté y, con ello, se marchará lo que mi mente decida inventarse.

Siempre he sido bueno haciéndome mis propias películas, viendo como un grano de arena aumentaba hasta convertirse en una piedra que eclipsaba el sol. Me he aburrido. Ahora simplemente desplegaré las alas y observaré, analizaré y llegaré a una conclusión metafísica. No voy a permitir que las cosas me afecten como antes, simplemente dejaré que se acerquen hasta rozarme y trabajaré con ese atisbo. Se termino el terminar sacado de quicio y se acabó lo más importante, mi incapacidad para llorar. No me hará falta, no pienso permitir que nada me afecte hasta ese extremo. Es un nuevo yo, replanteado de una nueva forma. Que mi coraza de 20 años de rodaje se esfumara ha permitido crear una nueva. Una nueva a partir de atisbos de la pasada, manteniendo las mejores partes, pero ante todo, manteniendo algo esencial: mi capacidad de no sentir o, mejor explicado, mi capacidad de impedirme sentir demasiado e implicarme.

En el aire tengo una nueva perspectiva, todo está lejos, abierto a ser analizado y observado. Sin manipulaciones, manteniéndome a salvo. Volveré a tener que fingir ciertas cosas. Como antiguamente, los sentimientos creados a partir de cosas inherentes se quedarán en eso, los sentimientos reales me los guardaré, esperando a que, si algún día aparece, un arquero me alcance y podamos discernir juntos sobre todo esto. Mientras tanto, volaré solo, como estoy acostumbrado.

martes, 14 de septiembre de 2010

El peso del mundo



2:42 de la mañana de un 14 de septiembre. No, no voy a hablarle a ningún diario, mi desnudez fue parcial, y ahí se queda. Podré seguir hablando de mí con cierto tono impersonal pero no me apetece hablarle a mi diario ficticio, que luego no me responde. Es tarde y dormí poco, con lo que me gusta dormir... Quizás la paranoia de no verme en el futuro sumada a mis ansias de vivir demasiado rápido hace que quiera dormir poco, que necesite estar despierto. Así que básicamente hablaré de lo que me vaya saliendo.

Para aquellos que no lo sepan empecé la universidad. Mi desgana al inicio era descomunal, mi sonrisa amplia, como siempre, no vaya a ser que cause algún desagravio, y no quiero escuchar penas por mi cara de desolación, no ahora, quizás mañana otro gayo cante.
Sin embargo, tras conocer a todos los profesores, mi vena masoquista se ha despertado. Al parecer hay un par un tanto transigentes, de los de toda la vida, estudia lo justo, obtén lo necesario. Esto me lleva a nombrar al otro par, aun que especialmente es a uno de los profesores que componen ese duo. Es el típico que, en apariencia, a esfuerzo máximo, resultado mediocre. ¿Mi opinión? Me faltó tener un orgasmo. Me gusta que me presionen, trabajo mejor, no hay dios que me aguante y mi sonrisa se esfuma. Extorsionado soy la ostia, pero dejo de fingir. Me quito mi coraza y paso a ser yo, irascible, accesible, débil, endeble. Es un riesgo que creo que asumiré. Esforzarme al máximo, pese a que eso signifique romperme de nuevo. Ya estoy acostumbrado a romperme y duele, Dios sabe que duele, pero si me hago daño yo, es más llevadero. Aún con esto necesito darlo todo, dejar de ser el alumno de esfuerzo medio y resultado aceptable para, de esta manera, pasar a ser el que lo da todo y se deprime. Siempre me reía de las que sacaban un nueve y lloraban. Ellas querían el diez. Yo ahora iré a por él diez. No lloraré, me descojonaré descomunalmente mientras le doy besos a mí cinco. Pero… ¿por qué no intentar superarme?

Hablando más al respecto a mis defensas, tengo que decir algo que me duele admitir: Estos días parezco una mujer. Si tuviera ovarios juro que estaría menstruando. Tengo las sensaciones a flor de piel, me falla la coraza. ¡La muy puta se resetea! Veinte años sin parar, veinte años de fingir, veinte años de mentir, cero imperfecciones en el sistema, solo permitiéndole a los demás el acceso a ella por mera voluntad. ¡Y ahora va, y se jode! He tardado veinte años en perder la capacidad de mantener mi mundo intacto, mi defensa en pie. Supongo que será algo temporal. Pero es un dolor de cabeza impresionante. Antes mi escudo me defendía, ahora no, ahora soy yo fingiendo tener un escudo. ¡Tengo que fingirlo cuando, realmente, nací con él equipado de serie! A la mierda el gran papel de mi vida, se ha hundido mi personaje principal, mi estrella ha roto el contrato y, ahora, aparece el actor secundario, el cual tiene un melodrama de proporciones épicas entre manos. Esto acabará al modo griego, vamos, mal.

Es en estos momentos es cuando mejor puedo pensar y discutir conmigo mismo. Pero eso malo. Pensar demasiado es malo, lo diré ahora y siempre lo diré. Tengo acceso a mi interior sin apenas planteármelo y, al igual que yo, los demás. Eso me hace vulnerable, y no me permito serlo, de ahí que me aleje de la dañina e inmisericorde realidad. Sí, lo de siempre, blah, blah. No me da la real gana que nadie tenga en su mano la capacidad de hacerme daño. ¡Me da miedo! Sí, no quiero que me roben mi peluche. ¿Quién me susurrará al oído por las noches que no le tema a la vida? ¿Quién me recordará que no debo de acongojarme de sentir? ¿Quién me dará una ostia cuando me abra a la persona equivocada? No me parece justo, es como si fuera Atlas y se me hubiera caído el mundo de la espalda. Sí, toma ya, se me ha desbordado mi mundo y solo puedo fingir que todo va bien. Acojonante.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Querido diario


20/04/2010
Lo primero que quiero decir es que perdón, en veinte años jamás escribí un diario, no voy a escribirlo ahora tampoco, pero estoy mal de la cabeza, si hablaras y se lo preguntaras a cualquiera te lo diría, así que no intentes buscarle la lógica a esto.
Son las 3 de la mañana y llevo como siete cafés encima, una de mis adicciones, igual que fumar. Creo que escribo esto en parte para liberarme, y en parte para intentar sentirme mejor.

Acabo de asomarme a la ventana mientras me fumaba un cigarro y he visto las hojas de los árboles moverse, bailando junto a las luces de la ciudad a la que hace dos años decidí venir a vivir, mientras escuchaba la canción de Kissing you, sí, el love theme de romeo & Julieta… Debería disiparme ahora por ser un jodido romántico sin corazón, bueno, quizás tenga algo de corazón, si fueras de papel real estarías siendo manchado por una lágrima.

Mientras observaba por la ventana me puse a pensar. Pensar no es muy fuerte. Normalmente pienso demasiado, lo que no me lleva a ninguna conclusión. Otras veces simplemente no pienso, lo que me lleva a que al final tengo que arrepentirme. El caso es que por esta vez me paré a pensar, y llegué a una conclusión clara. No sé que estoy haciendo con mi vida.

Lo primero que debería aceptar es que soy gay. Sí, señor, lo soy. En toda mi vida, vale son veinte años, pero hasta el momento ésa es toda mi vida, solo me he enamorado realmente de una persona, irónicamente una mujer. Esa persona que, vale lo siento diario, esquiva esa otra lágrima, hace que mi corazón lata más fuerte. El otro día la vi sonreír y… Duele saber que nunca será mía, pero te sientes aliviado cuando sabes que estás ahí, aun que sea para ser esa vocecita chirriante que le da algunos consejos, aun que la mitad sean malos.
Cambiando de tema. He llegado a una conclusión, no sé que estoy haciendo con mi vida. Saltando de una cama a otra, volando de una flor a otro, haciéndome más daño.

Mi infancia no fue buena, casi siempre estuve solo. Eso me hizo más fuerte, pero solo exteriormente. Es mi escudo, hacer que los demás crean que soy fuerte, que no tengo sentimientos. El problema es cuando en momentos como éste lloro y descubro que la coraza que me envuelve es frágil. No porque alguien pueda romperla, que es muy improbable, si no por que cuando estás solo no hay coraza, y no hay peor mal que uno mismo.

Estoy cansado de hacerme daño, de apuñalarme noche tras noche, de mentirme, de engañarme, de decirme que no haré eso otra vez y de volver a hacerlo. Duele. Duele no ser una buena persona. Me gustaría ser esa persona amable a la que le puedes sonreír y te dedicará dulces palabras en respuesta, pero no lo soy. Soy una mala persona, no me importa hacer daño a los demás y, cuando alguien me preocupa, lo sobreprotejo tanto que le acabo haciendo año. Quizás por eso sea que estoy solo, porque me lo merezco. Pero estoy cansado, estoy cansado de que todos me vean como ese pervertido gracioso sin corazón que solo sabe reír, que no se enfada, que lo tolera todo.

Lloro. Al igual que sonrío me enfado. Estoy cansado de fingir que soy alguien que no soy. Estoy cansado de agradarle a todo el mundo o, de al menos, intentarlo. Estoy cansado de no ser yo, de estar perdido. Y con eso llego a la parte de mi futuro. Un futuro que no se si existe. He intentado imaginarme dentro de dos años y me veo borroso, intento imaginarme dentro de veinte, y directamente no aparezco en la foto. No sé dónde voy a parar y eso me aterroriza. No me gusta no saber que va a pasar, soy de los que se leen la página final de los libros antes de empezarlos. Tengo miedo de no llegar a ser feliz, de no cumplir mis propias expectativas, de quedarme en un intento de vida. Tengo miedo de no llegar a vivir plenamente por querer vivir demasiado rápido. Tengo miedo de tantas cosas… Pero nadie se da cuenta de eso. Supongo que eso significa que interpreto bien mi papel…

Y aquí estoy. Son las tres y media, mis ojos ya se han secado, me he desahogado y… Nada ha cambiado. Sigo siendo ese perfecto actor cobarde que sufre para sí mismo. Pero en definitiva, cada uno decide como vivir su vida, supongo que no hay más culpables que yo en esto de fingir una. Así que voy a encenderme otro cigarro y a mirar por la ventana una vez más antes de irme a dormir y dejar de pensar.

Buenas noches diario,
Dani.

Respira



En la monataña rusa del descontrol y el desenfreno mi vagón ha llegado al final del trayecto. Hoy he empezado una nueva etapa de mi vida y, con ello, he decidido cambiarme de atracción. Quizás esta sea más tranquila, con menos turbulencias y más cabeza. Por que lo necesito, vamos, dejar de pensar como lo hago, o al menos, no de pensar pero si de actuar.

Superada la fatiga a la realidad he decidido arreglarme, me he cansado de ser una televisión rota y que a nadie se le ocurra arreglarme. Multiples veces llegué a la misma conclusión, pero me costaba aceptarla. En esta vida a fin de cuentas caminamos solos, así que o me arreglo yo, o al final llegará el día en el que me rompa del todo y no haya solución. Y nadie quiere que me sustituyan por otra televisión. Tengo que vivir con todo lo que eso implica, vivir de verdad, tengo que respirar.

Estoy arto de ir por la vida cual asmático. Respirándo tan rápido que me quedo sin aire. Necesito poder coger una gran bocanada, e ir expulsándola lentamente. Necesito que mi vida vuelva a ser mía, y no basarla en lo poco que otros puedan apotarme de maneras poco ortodoxas. Respirar es difícil. Pero tengo que hacerlo.

Hace unos meses escribí una carta personal, que ahora voy a compartir en mi próxima entrada y sí, como me da la gana pongo la reflexión antes. Es de esas cosas que me da por escribir en esas etapas en que se me permite cambiar de tren, explica muchas cosas, y hace que me duelan muchas más. Pero y estoy cansado de respirar ansioso...

jueves, 2 de septiembre de 2010

Sexo: Como comerse un trident... sin azucar

Vayamos al grano para empezar, hoy me voy a poner guarrillo, al garete hablar pulcramente, vámonos a lo sucio, roar. Esta entrada trata sobre el sexo. No esa amalgama que una vez fue sexo que se da en los matrimonios o empieza a darse a partir del tercer año de casado. Va sobre el buen sexo, el que es como una explosión de afecto combinando la pasion con un relleno de desenfreno, lujuria y... sin azúcar, cual trident!!

Primero explicar la apología. Sencillamente es por que. ¿Los habeis provado? Los nuevos chicles trident son geniales. Es lo mas similar que se puede comer comparado con el sexo. (Blah blah, discutidlo, lo se, donde este un buen... polvo xD) Pero seamos sinceros, el buen sexo está basado en ciertos elementos, el primero el afecto. Sí, te estás tirando a alguien que no conoces, pero te gusta, o sea sé, afecto carnal al menos, ya si hay amor bueno, súmale tres puntos a tus posibilidades de disfrutarlo. Otro elemento es el desenfreno. Aquí discierno entre dos términos. Follar y hacer el amor. Son cosas distintas, pero una no implica sentir menos que la otra. Follas es algo desenfrenado, instintivo, hacer ahora lo que quiero ahora, ser capaz de hacer disfrutar a la persona con la que estoy y que cojones, disfrutar yo a lo bestia. Se trata de algo impulsivo, trata de dejarse guiar por el cerebro centrar en el caso de hombres o por la vagina en el caso de las mujeres (a vosotras suele costaros más, sosas xD). Queda claro que éste es mi preferido, pero bueno, explicaré también que es hacer el amor. Hacer el amor es algo más sensitivo, es algo más ñoño, no aburrido pero es más tranquilo. Disfrutas y sientes pero con ese dulzor acaramelado, el caramelo se termina a los 6 minutos, el chicle dura hasta horas. Otros elementos que conforman una adecuada relación coital (no dije esto antes así porque parece que hablo de caballos!!) son la pasión y la lujuria. Dejarte perder por tus más bajos deseos es algo brutal, de verdad, el mejor polvo es en el que dejas que tu mente deje de pensar y se quede solo con la parte de sentir, no hay preocupaciones, no hay nada, solo sentir.

La parte de sin azucar es que... ¿Que mejor ejercicio hay en la vida que retozar mientras mueves las caderas? Si es que todo son ventajas.

¿Por qué hablo de todo esto? Porque creo que mira, se algo de sexo con cifras acojonantemente demostrables. Quizás no sirva para nada pero quizás sirva para darle un impulso a alguien, besarse es bonito, sonreírse y mirarse tontamente es muy dulce, pero tirarte a alguien es el culmen, y el culmen hay que disfrutarlo, una dos, tres veces... Llegar a seis pasa a ser extrasensorial, creo que hasta se desconecta el cerebro totalmente.

Y una cuestión que quiero dejar clara sentir no es malo, debes de estar seguro de cuándo y con quien, y el resto es simplemente disfrutar… Como comerte un trident, vamos!

Nota del autor: Que sucio me ha quedado, nada, de putillas el mundo lleno estar...